Sobre nosotras
Pasalumac nació desde el amor, la fuerza y la resiliencia de una familia que hizo del arte de vestir un acto de memoria, belleza y reconstrucción.
Nuestra historia comienza en el seno de una familia campesina indígena Senu, originaria de las tierras cálidas de Córdoba, que, marcada por el desplazamiento forzado del conflicto armado colombiano, encontró en el sur del país un nuevo comienzo.
Allí, Ana Amelia Espitia Almanza —matriarca, visionaria y fuerza vital— junto a sus hijas Patricia, Sara, Estela y María Eugenia, apostaron por algo impensable para muchas mujeres de su entorno: formarse profesionalmente en confección y diseño para crear empresa. Lo que comenzó como un proyecto de vida colectivo, pronto se transformó en una propuesta de alta moda con una identidad inconfundible.
Con más de 30 años de trayectoria, Pasalumac se ha consolidado como una casa de autor que celebra el cuerpo no hegemónico, la feminidad consciente, el oficio artesanal y el arraigo cultural. Nuestra estética nace de la herencia caribeña, se construye con manos cuidadoras, y se expresa a través de prendas atemporales, pintadas a mano, hechas a la medida y en ediciones limitadas.
Hoy, bajo el liderazgo de la segunda generación, representada por Laura González, Pasalumac se proyecta al mercado europeo sin perder sus raíces. Creamos desde el sur colombiano, pero diseñamos para el mundo: piezas exclusivas con alma, propósito e historia.
Creemos en una moda que transforma.
Por eso generamos oportunidades para mujeres víctimas del conflicto, fomentamos el empleo digno y tejemos apuestas sostenibles como Armario, nuestro programa circular de economía lenta.
Pasalumac no es solo una marca.
Es el legado vivo de mujeres que creyeron en lo imposible —y lo cosieron a mano.